Declaraciones comunes usadas para promover el diezmo.
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Tenemos una relación comple- tamente diferente y mejor con Dios que la que tuvo Abraham. Ella nos llama a una forma de vivir y dar completamente diferente: guiada por el Espíritu y diseñada única e individual- mente para cada persona.
Considere las diferencias entre un creyente en Jesucristo y Abraham:
Vea las Notas de las referencias escriturales por cada declaración.
Algunas personas dicen que cuidar del árbol del conocimiento del bien y del mal sin poder comer de sus frutos es el mismo principio que el diezmo. Ellos quieren demostrar que Adán y Eva estuvieron diezmando en el jardín para probar que el diezmo es un principio eterno, todavía en efecto hoy en día.
El árbol fue el punto clave para el asunto de la obediencia a Dios; sin embargo, llamar al árbol el diezmo es otra distorsión de las Escrituras. La gente lee algo de la Biblia que no está allí porque no han entendido la naturaleza de la vida en Cristo del Nuevo Pacto y están buscando algo para validar y promover la doctrina del diezmo.
La mayoría de las personas nunca ha oído esta declaración, pero se ha vuelto popular entre algunos ministros muy respetados. Suena escritural y de entrada no parece violar el mensaje del evangelio. Pero distorsiona el significado tanto de la cruz como del diezmo. Es un paralelismo inexacto que se usa para promover el diezmo. Parece relativamente inofensivo, pero es parte de un serio error teológico que ha producido una iglesia que es débil e inefectiva, de acuerdo a los estándares de Dios.
Cuando Cristo murió en la cruz, estaba cumpliendo el plan eterno de Dios que existió antes de la creación. El fue “el Cordero inmolado desde la fundación del mundo”. (Ap 13:8) Su muerte en la cruz también fue el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham. Dios había probado la fe y el compromiso de Abraham ordenándolo a que ofrezca a su hijo Isaac como sacrificio. Abraham pasó la prueba y el evento vino a ser la figura profética de su propia obligación del pacto de ofrecer a Jesús como un sacrificio para la salvación del hombre.
La muerte de Jesús fue el cumplimiento del compromiso del pacto de Dios pero no tuvo nada que ver con el diezmo. Cuando Abraham ofreció a Isaac tampoco tuvo nada que ver con el diezmo. Isaac era el 100 por ciento de todo lo que tenía Abraham porque el resto de sus riquezas no valían nada comparadas con su hijo. El diezmo es la décima parte y le deja a usted el 90 por ciento. Abraham estaba dando todo cuando ofreció a Isaac.
Del mismo modo, también cuando el Padre dio a Jesús estaba dando todo de su parte suya. Colosenses 2:9 dice: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Jesucristo era la completa expresión de Dios y todo lo que él pudo dar, no solo el diezmo.
Los diezmos están basados en el dar de algo que ya ha sido recibido. Dios dio por adelantado, antes de recibir nada. Lo dio sin tener ninguna garantía de retorno. Lo dio sin importar si es que alguien iba a aceptar el sacrificio de Jesús o no. Lo dio porque es su naturaleza.
Dios no le debía el diezmo ni a sí mismo ni a nosotros. Nosotros le debemos una deuda que nunca vamos a poder pagar. El mensaje de la cruz es que Jesús estuvo allí en nuestro lugar, representándonos. El estaba haciendo algo por nosotros que nosotros no pudimos hacer por nosotros mismos. Así que si Dios estaba pagando el diezmo de alguien no hubiese sido el de él, hubiese sido el nuestro.
Pablo describe al resucitado Señor Jesucristo como las primicias:
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. (1 Cor 15:20)
Sin embargo, una ofrenda de las primicias es una ofrenda del Viejo Pacto completamente diferente al diezmo. El cómo, cuándo, y por qué de la ofrenda de las primicias está basado en un concepto diferente y estos dos no se pueden intercambiar. Dios hizo los diezmos y las primicias claramente diferentes para que ellos retraten diferentes lecciones espirituales. Más allá de eso, al describir a Jesús como las primicias, Pablo estaba hablando acerca de su resurrección, no de su muerte. No hay ninguna base escritural sana para llamar a la muerte de Jesús en la cruz “el diezmo”. Eso es un paralelismo falso. Es un concepto erróneo que refuerza la errónea doctrina del diezmo.
Algunos lo dicen de esta manera: “Dios va a tomar lo que es suyo”. Esta enseñanza está basada en la idea de que Dios es el dueño de la décima parte de todo lo que usted recibe. Si usted no diezma, usted es un ladrón en posesión de algo robado y Dios se lo quitará para darle una lección. Yo oí una historia acerca de una persona que no diezmó una semana y le ocurrió una situación que le costó exactamente lo que hubiese sido el diezmo.
La palabra de Dios debe ser la base de nuestra fe y nuestra doctrina, no la experiencia de alguien. Todo en esa enseñanza es contrario a lo que la Biblia claramente dice sobre el Nuevo Pacto. Desde su resurrección, el Señor Jesucristo es el dueño absoluto de todas las cosas, no solo del diezmo. Jesús nos compró con su sangre y le pertenecemos a él. Pero ese no es el final de la historia. Cuando nacimos de nuevo fuimos puestos en unión espiritual con Jesús y ahora conjuntamente poseemos todas las cosas con él.
No tenemos bienes robados porque tenemos el legítimo título de todo conjuntamente con Jesús. Por otro lado, el 100 por ciento de eso está dedicado a su señorío y al propósito de su reino, no solo el diez por ciento. El no quiere el diezmo. El quiere personas que van a usar todo lo que tengan para él.
Aquellos que no saben la verdad de la vida en Cristo están sujetos a cualquier enseñanza errónea que oigan. Si ellos piensan que serán maldecidos por no diezmar, su propio miedo va a abrir la puerta de la destrucción. No pueden recibir la bendición y protección de Dios si es que piensan que están rompiendo la Ley.
Estamos en una relación nueva, gozosa, y espiritual con Dios que solo incluye el dar voluntariamente. 2 Corintios 9:7 dice:
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. (2 Cor 9:7)
Si Dios tuviese maldiciones sobre las cabezas de las personas no podría tener dadores alegres porque lo estarían dando bajo amenaza y coacción.
Las iglesias y los ministros sí necesitan dinero y lo tendrían más de lo que tienen ahora si todos diezmasen, pero el diezmo no es la solución del problema.
Necesitamos retroceder y preguntarnos a nosotros mismos por qué predicar la doctrina del diezmo no está funcionando. ¿Por qué tan pocos cristianos diezman a pesar de las constantes arengas a hacerlo? La encuesta de donativos realizada por el Grupo de Investigación Barna indicó que solo el 14 por ciento de los cristianos nacidos de nuevo en los Estados Unidos dan el 10 por ciento de sus ingresos in 20011. En vez de golpearnos nuestras cabezas contra la pared, debemos ver si nuestra teología está de acuerdo con la palabra de Dios.
Marcos 16:20 indica que Jesús confirma la predicación de su palabra con señales que le seguirán. Pero el diezmo no es el plan de Dios para el Nuevo Pacto y Jesús no está confirmando el mensaje. El Espíritu Santo no puede hacer una obra de gracia en los corazones de personas para que obedezcan una enseñanza que no es gracia o verdad. Si el verdadero mensaje del Nuevo Pacto y la vida en unión con Cristo es predicado, veremos al Espíritu Santo moverse en la iglesia. Va a haber suficiente donativos para hacer cualquier cosa que el Señor dirija. Así también va a haber un completo nuevo espíritu de avivamiento.
El Viejo Pacto declaró que una maldición vendría sobre Israel si es que ellos quebrantaban la Ley. En Levítico 26:19 Dios dijo que él volvería el cielo como de hierro y en Deuteronomio 28:23 dijo que sería como bronce. Naturalmente hablando, la falta de lluvia para los cultivos y animales sería un castigo devastador. También era simbólicamente espiritual. No habría respuestas a sus oraciones como resultado de su desobediencia.
Esta enseñanza sobre el cielo que se cierra para el pueblo de Dios si es que no diezmaban también viene de Malaquías 3 donde Dios está reprendiendo a la nación de Israel por romper el pacto. En el versículo 10 dice:
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. (Mal 3:10)
Israel no estaba dando los diezmos a Dios que eran requeridos por su pacto, así que eran una nación que robaba a Dios y estaban bajo maldición. Dios les prometió abrir las ventanas del cielo si diezmaban porque esa era la causa de su problema. Pero el diezmo no es parte de nuestro pacto, así que no diezmar no es la causa de nuestros problemas y el diezmar no es la solución a ellos.
Hay muchos testimonios de la provisión milagrosa de Dios para la gente que diezma. Hay tantos como de las bendiciones y provisión de Dios a personas que viven para él de todo corazón sin diezmar. Cristianos que viven vidas prósperas y bendecidas sin diezmar no son publicitados. Nadie tiene nada que ganar por contar sus historias, así que usted no oye nada acerca de ellos. Algo más que no es publicitado es el número de personas que diezman regularmente y no están recibiendo la provisión financiera que deberían.
Hay muchas cosas que afectan el nivel de bendición y prosperidad en la vida de una persona. Dios mira al corazón. Algunas veces las personas corrigen una actitud o pasan de la incredulidad a la fe, lo que le permite a Dios bendecirlos, pero ellos erróneamente atribuyen la bendición a algo que ellos hicieron, como diezmar. Cuando fieles diezmadores no están recibiendo un razonable nivel de bendiciones financieras se les dice que algo está mal en sus vidas, y esto es cierto. Pero cuando ellos corrigen las otras cosas y empiezan a recibir las bendiciones de Dios, le dan el crédito al diezmo.
La gente dice: “Yo no dejaría de diezmar. Lo he hecho por demasiado tiempo y sé que funciona”. Ellos no se dan cuenta que Dios es bueno y es un Dios de gracia y él responde a la fe donde la encuentra.
Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. (2 Cró 16:9a)
Dios bendice a la gente sincera que pone en acción su fe aun cuando su teología no sea la correcta.
Esta pregunta demuestra que algunas personas piensan que su diezmo es lo que hace que la provisión venga a ellos. Ellos piensan que Dios va a parar de proveerles si es que ellos dejan de diezmar. Tienen más fe en un sistema en el que ellos están trabajando que lo que tienen en Dios el cual se ha comprometido a sí mismo a ser un Padre para ellos. Ellos no entienden que la vida en Cristo es vivir como un inmediato miembro de la familia de Dios. Su relación con Dios ha sido profundamente sistematizada; edificada alrededor de programas e instituciones. Está tan corrompido por invenciones religiosas carnales que ellos no saben cómo caminar con Dios como hijos. Ellos no se dan cuenta cuan bien Dios está proveyendo para millones de cristianos dedicados que no diezman.
Esta enseñanza viene en parte de la falsa premisa que el propósito de dar es recibir algo a cambio y en parte de invenciones teológicas. Para mucha gente, el dar se ha convertido primordialmente en un emprendimiento de negocios porque no entienden el Nuevo Pacto.
Hay muchas promesas en la Biblia sobre bendiciones que vendrán sobre la gente que da y para gente que ayuda a los pobres pero ninguna de ellas requiere al receptor del donativo a que sea un diezmador. Jesús dijo al joven rico que venda todo lo que tenía y que dé a los pobres y que entonces tendría tesoros en el cielo. El no dijo: “Asegúrate que sean diezmadores o no verás tu semilla multiplicarse”.
Los más largos pasajes en las epístolas del Nuevo Testamento que se refieren al dar están hablando de una ofrenda que fue recogida para los cristianos pobres en Jerusalén que estaban pasando por una hambruna. Esta no fue una recolección para ministros a tiempo completo. Era para toda la gente pobre de la iglesia. Con respecto a esta ofrenda, Pablo dice:
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. (2 Cor 9:6)
La bendición prometida no depende de que el recipiente sea un diezmador.
Esta enseñanza es rara pero muestra cuan lejos algunos han ido en aplicar el Viejo Pacto al Nuevo. La Ley incluía una penalidad del 20 por ciento por cualquier violación que tenía que ver con las cosas santas del Señor. (Lev 5:15–16) Si una persona pecaba por ignorancia, debían traer una cabra para un sacrificio más el valor de la violación en siclos de plata e incluía el veinte por ciento de penalidad o interés.
Yo oí una historia acerca de un marido y su esposa quienes dejaron de diezmar porque tenían dificultades financieras. Ellos llevaban un registro de cuanto habían dejado de pagar para pagarlo luego con los intereses. Su sinceridad fue admirable pero no tuvieron una revelación de la vida en Cristo del Nuevo Pacto.
Deuteronomio 26:1–15 instruía a los israelitas qué decir al sacerdote cuando traían sus ofrendas de primicias y diezmos. (Realmente eran dos ofrendas separadas con dos declaraciones separadas). La mayoría de los predicadores no son legalistas en cuanto a esto. Ellos solo dibujan un paralelo del Viejo Pacto y lo aplican a nosotros. Sin embargo, su efecto por encima de todo es tener la atención de la iglesia en el diezmo. El error más grande es que ellos están basando la vida en Cristo en un modelo obsoleto del Viejo Pacto.
La ley por naturaleza debe ser clara y específica. Por eso, requiere una constante expansión y esclarecimiento para aplicarla exactamente a todas las diferentes situaciones que continúan apareciendo. Los líderes religiosos en Israel agregaron un gran cuerpo de leyes orales a la Ley de Moisés recibida en el Monte Sinaí.
Muchos predicadores del diezmo vigorosamente niegan que ellos estén predicando la Ley, pero encaja perfectamente en el perfil. Hay tantas opiniones de cómo se debe diezmar como predicadores que la promueven. Este debe ser una indicación a los cristianos perceptivos de que esto no es el plan de Espíritu Santo para nosotros hoy en día.
Considere las siguientes preguntas y asuntos que se refieren al diezmo:
El hecho de que la gente tenga tantas preguntas acerca del diezmo, demuestra que no es una obra interna del Espíritu Santo. No es Cristo en ellos quien les está motivando a hacerlo. Ellos están tratando de cumplir una ley que les ha sido dada.